Cutral Co y Plaza Huincul contarán con un nuevo equipo de bombeo, gracias al trabajo conjunto entre los municipios y el Ente Provincial de Agua y Saneamiento.
El EPAS avanza en su plan de mantenimiento intensivo para optimizar la producción de agua potable desde el río Neuquén, clave para abastecer a las ciudades de la Comarca Petrolera. Como parte de este proceso, esta semana se recibió el motor de una nueva bomba que será instalada en el sistema de captación ubicado sobre el río.
El acto de entrega del nuevo equipamiento lo encabezó el gobernador Rolando Figueroa, acompañado por los intendentes de Cutral Co, Ramón Rioseco y de Plaza Huincul, Claudio Larraza; los ministros de Economía, Producción e Industria, a cargo de Infraestructura, Guillermo Koenig y de Gobierno, Jorge Tobares; y el presidente del EPAS, Gustavo Hernández.

Este equipo, que permitirá reforzar el abastecimiento a Cutral Co y Plaza Huincul, será instalado por personal del propio Organismo en la planta potabilizadora Buena Esperanza. Se trata de una bomba de gran porte: el motor pesa alrededor de 6 toneladas y, junto con la bomba, alcanza un total de 10.000 kilos.
El nuevo equipamiento permitirá recuperar la operatividad total del sistema, con tres bombas instaladas sobre el muelle de captación: dos en funcionamiento y una como respaldo ante posibles contingencias. Esto representa una mejora considerable con respecto al verano pasado y brinda mayor previsibilidad de cara a la temporada estival.
La obra se enmarca en un acuerdo de colaboración con los municipios de Cutral Co y Plaza Huincul, quienes aportaron el motor –valuado en más de 200 millones de pesos–, mientras que el EPAS afronta la reparación con una inversión superior a los 250 millones de pesos.
“El Estado debe estar presente”, destacó el gobernador y aseguró que “es la misma concepción que tenemos con los intendentes de Cutral Co y Plaza Huincul”. “El Estado municipal ha estado presente, el Estado provincial ha estado presente y también una empresa pública ha estado presente”, señaló.
Por su parte, Rioseco se refirió a “lo difícil que es llevar el agua potable a las ciudades”. Es un recurso muy escaso, muy difícil y requiere mucho compromiso”, agregó.
Larraza felicitó y agradeció “el enorme y maratónico trabajo de tantos años de todo el personal del EPAS”. “Más de ocho años teniendo una bomba y a veces dos, que siempre tienen que estar en continua marcha para los 90.000 habitantes de la comarca, para bombear 40 kilómetros y nosotros poder distribuirla de la mejor forma”, dijo y destacó que ahora se suma “una tercera bomba de backup para minimizar aún más el riesgo”.
Finalmente, Hernández explicó que el suministro de agua potable para Cutral Co y Plaza Huincul es para el EPAS “uno de los servicios más complejo y costoso de sostener”. “Con los dos sistemas (Buena Esperanza y Barreales) tenemos garantizado el abastecimiento para las localidades”, añadió.
Sobre el acto de hoy miércoles, indicó que “los municipios están haciendo entrega de algo en que nos han acompañado con las inversiones, que es un motor de dimensiones muy importantes”. Destacó el “trabajo en conjunto entre la provincia, el EPAS y los municipios para poder reequipar y garantizar los elementos mínimos para garantizar el abastecimiento”.
Por último, informó que el nuevo motor “impulsa la bomba que en este momento están reparando los trabajadores en los talleres de mantenimiento. Va a permitir que se instale la tercera bomba. Hace muchísimos años que no se contaba con los tres equipos de bombeo en funcionamiento”.
La maniobra de instalación requiere maquinaria especializada y se ejecuta por etapas, debido a su complejidad. La nueva bomba, de 10 metros de altura y 1.200 HP de potencia, impulsará el agua a través de un acueducto de 2 km de largo que conecta con la planta potabilizadora, superando un desnivel de 190 metros.
Un sistema que demanda potencia y mantenimiento
El sistema de captación y tratamiento de agua que opera el EPAS en la comarca presenta condiciones exigentes: las fuentes de provisión (el río Neuquén y el lago Los Barreales) se encuentran a 40 km de distancia y a 200 metros de diferencia de altura, lo que requiere bombeo constante con equipos de gran potencia y mantenimiento permanente.
Además, la infraestructura presenta una antigüedad considerable: el primer módulo potabilizador y el acueducto de Buena Esperanza datan de 1983, mientras que el segundo módulo y la segunda cañería de conducción fueron finalizados en 1994. Por ello, el Ente ha elaborado un plan de mantenimiento integral para sostener y mejorar el servicio en el mediano y largo plazo.
Este plan fue presentado ante legisladores provinciales en 2024 y contempla tanto acciones inmediatas como estrategias a futuro para garantizar el acceso sostenido al agua potable en las localidades de la Comarca.




